26 mayo 2009

ARITZ ARANBURU Y EL ENTRENADOR EN DV

Aritz asume que la presión sobre él sera mayor

Aritz Aranburu (Quiksilver, Pukas, DC, Basque Team y Gipuzkoa) es consciente de que la repercusión que ha tenido su tercera plaza en Tahití -la que es la mejor marca de su carrera deportiva- hace que las expectativas sobre él aumenten de forma considerable. «Sé que el público siempre es exigente con cualquier deportista -dice-, pero mi idea es seguir como hasta ahora, centrándome en mi trabajo, junto a mi entrenador Aitor Francesena, más allá de lo que el aficionado espere de mí en cada cita. Quienes siguen este deporte saben lo difícil que es estar arriba».

Aritz, que compareció ayer en un hotel de San Sebastián bajo el paraguas de Basque Team, asume que todas las miradas de los aficionados al surf -incluso los que no lo son- se centren en él. Ni que decir ahora que se ha convertido en el cuarto europeo en la historia que alcanza unas semifinales en una prueba del WCT y que ha sido capaz de eliminar al nueve veces campeón del mundo, Kelly Slater. Ha dejado de ser uno más en el mundillo ASP (Asociación de Surf Profesional). ¿Está preparado para responder a esa presión extra? «Trabajaremos para que los que me siguen de cerca estén satisfechos, para que me animen como hasta ahora, pero ellos como yo saben que no puedo salirme de mi camino por todo lo que escucho y leo a mi alrededor. Sé quién soy y adonde voy».

Ese espíritu por mejorar cada día es lo que debe hacer de Aritz un surfista de largo recorrido en el WCT. Es lo que él desea y todos deseamos. «Estoy clasificado en el puesto diecinueve de la general pero no me puedo quedar ahí. Quiero seguir avanzando, dando pasos al frente, porque en el WCT hoy estás arriba y mañana puedes caer eliminado en la primera ronda». Es lo que tiene ser parte de un selecto grupo de 44 surfistas, a cada cual mejor. Por de pronto, la hazaña de Tahití no le ha hecho modificar su planificación. Seguirá compaginando las pruebas del WCT y las del QS -el equivalente a la segunda división-. Aritz se marchará a Maldivas en dos semanas. De poco servirá que haya eliminado en Tahití a Dane Reynolds, Kelly Slater, Damien Hobgood y Tom Whitaker. La memoria es muy selectiva en este deporte. Todos empiezan de cero en cada prueba. Acaso, como bien dice, «llego pleno de moral, con las ideas bien claras, y con ganas de seguir progresando». Aritz tiene bien encaminada la permanencia en el WCT. Sería un éxito.

Aritz Aranburu ocupa la decimonovena plaza en el circuito WCT después de la disputa de tres de las diez pruebas de que consta el mundial. Se han celebrado dos en Australia y una en Tahití. Queda por visitar Brasil, Suráfrica, California, Hossegor, Mundaka, Peniche (Portugal) y Hawaii. Cuentan los ocho mejores resultados de cara a la clasificación general.

El objetivo de Aritz es bien claro: mantener la categoría. Para conseguirlo deberá acabar la temporada, allá por finales de diciembre, clasificado entre los 27 primeros.

El gran resultado firmado en Teahupoo le va a permitir encarar las siguientes citas del circuito desde una parte del cuadro algo menos tortuosa de lo que venía siéndolo esta temporada. Por de pronto evita en primera ronda a los cinco mejores de la general. Él no se fía: «Cualquiera te puede hacer daño», advierte.

«La cabeza de Aritz, que es un tesoro, es el secreto del resultado en Tahití»

Aitor Francesena (Basque Team, Kirolgi y Quiksilver) es un hombre feliz al ver que a su pupilo le llegan los resultados en el WCT. Ni él sabe las horas que ha pasado en el agua en Teahupoo. Ha aprovechado su primera salida fuera de Europa junto a Aritz Aranburu para sentir en directo lo que se cuece en el circo del WCT. Se ha ganado el mote cariñoso de coach por parte de los surfistas.
- Complete la frase: Aritz ha sido capaz de alcanzar una semifinal de un WCT porque...
- Tiene una gran cabeza, es inteligente y piensa muy rápido. Si algo me ha gustado de Aritz en Tahití es su capacidad para mantener la cabeza fría y para no cometer errores en condiciones críticas. Ha sabido llevar su táctica hasta el final más allá de las situaciones adversas o inesperadas que se han podido dar a lo largo de sus mangas ante algunos de los surfistas más grandes del circuito. Lo ha bordado. Su cabeza es un tesoro. Ha ganado la partida a grandes surfistas por ser más calculador y más preciso que ellos.

- Se ha confirmado que a Aritz le van las olas grandes. ¿En qué debe mejorar todavía?
- En ola grande no falla. Otra cosa es cuando está pequeña. ¿Por qué? La ola pequeña exige mucha, mucha técnica. Los que son especialistas en olas pequeñas rara vez fallan, mientras que los especialistas en olas grandes como Aritz sí pueden cometer errores en condiciones pequeñas. Tenemos claro que nuestra mejora pasa por hacer hincapié en olas pequeñas.
- ¿Y se puede?
- Si Aritz se pone a la tarea, que lo va a hacer, lo va a conseguir. No tengo ninguna duda porque su margen de mejora todavía es amplio.
- ¿Le ha sorprendido el tercer puesto conseguido en Tahití?
- Mentiría si dijera que sí. Es algo que esperaba podía conseguir antes o después.
- Explíquese porque quizás puedan entenderle mal.
- Desde que Aritz llegó al WCT nos pusimos un objetivo a tres años. Lógicamente el año pasado, el de la lesión, no contabiliza. El resultado en Tahití es algo que contaba con ello, siempre dentro de este objetivo a tres años vista. Sí estaría preocupado si al final de esta temporada no se hubiera dado un resultado como éste. Me alegro una barbaridad de lo que ha conseguido Aritz, me ha llegado incluso a impresionar, pero es lo que esperaba.
- ¿Cómo se presenta el futuro?
- Espero que salgan más resultados como éste y en esta misma temporada. Ya advertí en el arranque del año que esperaba mucho de Aritz. Le veía en buena línea de trabajo.
- El resultado en Tahití además le ha llegado a usted en un momento personal especial.
- Este año está siendo emocionante para mí porque después de año y medio esperando a pasar por el quirófano, por fin, he podido someterme a un trasplante de córnea con resultado satisfactorio gracias al gran trabajo que han hecho el doctor Mendikute y la doctora Fabiola Eder. No exagero si digo que está siendo uno de los años más felices de mi vida.