Cien surfistas protestan en Plentzia porque los dragados afectan al oleaje.
Afirman que «las olas desaparecerán» debido a la operación de limpieza «Las escuelas de surf tendrán que emigrar», advierten.
«Adiós a la ola de Plentzia». Así rezaba la pancarta que sostuvieron en la tarde de ayer un centenar de surfistas concentrados en la playa de la localidad vizcaína. Lo hicieron para protestar contra las consecuencias del dragado que la Dirección de Puertos del Gobierno vasco realiza en la bahía, una operación «de alto impacto ambiental» que pretende limpiar el fondo de lodos y facilitar la navegación de las embarcaciones.
La protesta estuvo liderada por las escuelas de surf de Plentzia, Sopelana y Barrika, pero se sumaron numerosos alumnos, aficionados y padres. Según manifestaron los portavoces, el dragado está resultando «devas- tador» para los usuarios de la playa. «La retirada de la arena del fondo cambia el curso natural de las corrientes, que no encuentran un punto donde romper», explicó Javier Bizkarguenaga, presidente de la escuela radicada en Barrika.
Los deportistas han explorado el área dragada y han comprobado que «hay mucha profundidad, por lo que la ola desaparecerá». Hace tres años se acometió en Plentzia otra operación similar. «Al retirar la arena del fondo se ha dejado en la superficie roca artificial proveniente de la construcción del rompeolas. Las piedras son cortantes y convierten la playa en un lugar peligroso».
En invierno, los principales usuarios son alumnos de surf de entre 5 y 15 años, ya que «la ola de Plentzia era la mejor del Cantábrico para alevines e infantiles». Las escuelas la consideran perfecta para aprender, incluso con muy poca mar. Un ejemplo del atractivo de la playa es que, recientemente, acogió el Surf Eguna, en el que participaron 400 chavales.
Un representante del club local vaticinó ayer que la ola «no se recuperará en un par de años, sin contar el peligro que encierran ahora las rocas». A su modo de ver, todo el sector saldrá perjudicado, pues la principal fuente de negocio es la docencia. «Las escuelas creadas en Plentzia y en los municipios vecinos corren el riesgo de desaparecer. A los niños se les robará un lugar de aprendizaje idóneo y tendrán que emigrar a otras playas para iniciarse».
Los surfistas creen que el dragado también tendrá una importante impacto medioambiental, que se puede traducir en un descenso de la población de chirlas, «lo que perjudicará a los marisqueros».
Aun así, los convocantes de la protesta admiten que una operación de limpieza era necesaria en la bahía. Tan sólo reclaman que se efectúe de otra forma. «El daño ya está hecho -denunciaron-, pero esperamos que la próxima vez se respete el punto donde rompe la ola».
«El problema -prosiguieron- es que es más fácil y rápido dragarlo todo. Estamos a favor de que se intervenga en el puerto, ya que su estado es lamentable, pero el canal y la barra actual no impiden que las embarcaciones entren o salgan, salvo cuando las mareas son muy vivas». A su juicio, la solución pasa «por llegar a un consenso entre todas las partes afectadas».