La boya, a la que llaman “buoybu”, es capaz de capturar la energía de la ola a distancia a través de los cambios en la presión que producen las olas al incrementar y reducir la columna de agua. Esto sucede cuando una ola pasa sobre la boya en la superficie, lo cual provoca una elevación en la presión local del agua y el hundimiento de la mitad superior del dispositivo. Entre olas, la columna de agua decrece, devolviendo la presión del agua a su valor normal y provocando que la mitad superior de la boya se eleve de nuevo. Esta variación en la presión se convierte en electricidad, que luego puede añadirse a la red eléctrica.
Simon Grey, director de la compañía, afirma que: “una ciudad de 55.000 habitantes necesitaría medio kilómetro cuadrado de lecho marino cubierto con 100 de estas boyas para obtener su suministro”. Cree que las boyas podrían disponerse de forma efectiva en todo el Atlántico Norte, desde Escocia a Portugal, y también en la línea costera del Pacífico en los EE.UU., a lo largo de la costa de Chile o incluso en Sudáfrica y Nueva Zelanda (las aguas mediterráneas son demasiado calmadas como para proveer suficiente energía).
AWS Ocean Energy planea colocar sus primeras 5 boyas experimentales en algún lugar del lecho marino de la costa escocesa para el año que viene, y tras ello espera que se extiendan con rapidez, y ampliamente, por el Reino Unido.