20 julio 2007

1966, SURF EN ZARAUTZ

Lei el articulo “Surfing” de Alfonso Biescas que ha escrito, un diario en su web www.biescasvignau.com. En ésta, relató su historia de surf en Zarautz, alla por el año 1966, en sus comienzos.

Para todos que disfrutan con las olas, es la historia de los orígenes del surf en Guipuzcoa. Al menos la que yo conozco, la que he vivido. Bueno, la que recuerdo. Se que hay un Surfer Magazine que cuenta la verdadera historia del surf en el pais.
Primera vez que yo ví una tabla de surf fué en julio de 1966 en Zarauz, a Carlos Pradera. Y fué la primera vez yo que intenté coger una ola, ya que tuvo la gentileza de dejarmela un rato. Y la que hizo que no me rindiera en mi intento de conseguir un tablón para mi.
Los inolvidables y entrañables hermanos
Arteche, ya se habían hecho una tabla de 22 kilos (les había salido de unos 16, pero añadieron poliester hasta conseguir aquél peso), e iban de aquí para allá en el tren, cogiendo olas por las playas de Guipuzcoa.
Fue el 2 de agosto de 1967, cuando mi madre me regaló una
Barland/Rott, que aún conservo. Todavía recuerdo lo que costó: 7.000 pesetas.
Y fué un Txirri, Juan Ignacio Aguirrezabala, quien me habló de la parafina de droguería y quien estrenó la tabla aquella misma tarde. A partir de entonces, la repartíamos
entre los dos y los hermanos Sañudo. Cuando mi hermano Angel llegó de vacaciones, disfrutábamos cogiendo olas. Seguíamos teniendo solo una tabla y cada vez éramos más. Aquello era realmente compartir. Pero siempre que quedaba libre, había alguien que nos la pedía. Un día cuando fuimos a por ella, no estaba, había desaparecido, nos la habían robado. Zarauz era por entonces un pueblo en el que prácticamente todos nos conocíamos, así que todo el mundo se movilizó.
A los pocos días ya había una cierta afición, y algunos ya habíamos empezamos a ir a la playa por la tarde, cosa que en aquellos años solo hacían los turistas.Y vinieron a hablar con nosotros del Club Euromar. Andoni Eizmendi, Jose Carlos Goyeneche, Vicente Porta (que un día en el '68 me salvó), Gabriel Villegas, Jose Carlos Martinez de Aranguren, Juan Miguel Amunchas
tegui, y otros inolvidables, se interesaron por el deporte, por las tablas y por todo lo que ello conllevaba.. A los pocos días habían conseguido tres tablones: una Barland azul, otra blanca y una Hawai. A este grupo se unieron Jaime Prado y Luis Beraza que solían coger olas delante de su casa.
Y las chicas empezaron a invitarnos a fiestas. Todos eramos rubios y fuertes. El mar y el aire ponen rubios a los morenos y a los rubios les deja las puntas blancas y el pelo en mechas de mil colores.
Cada día aprendíamos algo más sobre las mareas, los fondos, las rompientes, corrientes, temporales, mar de fondo y brisas. Y fuimos descubriendo las fuerzas y la belleza de la naturaleza, su perfección. Coger olas al amanecer empezó a ser lo mejor del día, por la paz y el color de la hora, por la perfección de las olas en ese momento de brisas terrestres, por el impacto fisico y mental que
supone pasar de la cama al ejercicio de un deporte tan duro como el surf.
En el mágico verano del '68, año, la revolución del surf se aceleró. Oscar Elizalde, encargado por aquellas fechas del Club Euromar, organizó el primer campeonato de surf del que se tiene constancia, el 8 de agosto. Fué la primera reunión de surfistas que hubo, si bien hubo más franceses que otra cosa que, aunque amablemente, nos trataron con paternalismo como a tercermundistas, ya que por aquél entonces para Europa, Africa empezaba en los Pirineos.
Lo que había empezado casi como un entretenimiento de verano, se había con
vertido en un movimiento sociocultural. Aquello había que canalizarlo, y es aquí donde los buenos contactos de Gabriel Villegas, la diplomacia de Perico Bonet y la ilusión de muchos hizo que se consiguiera en 1969 la Sección Nacional de Surf, dependiente de la Federación Española de Esquí Nautico, que fué durante muchos años envidia de todas las federaciones de surf de Europa por la ayuda que se nos prestaba.
Y aparecieron las miniboards. Ya habíamos visto alguna como la Hobie de los Bonet, que nadie quería porque era muy pequeña y medía unos 2,30 m. Pero fué en el 69 cuando poco a poco fuimos pasando a los nuevos y para entonces diminutos diseños. Y el mercado nos sorprendió con nuevos formas (Vbottom, diamond tail, pig, etcetera).
Y con el 69 llegaron nuevos surfistas, como un estudiante de turismo de San Sebastián que venía a Zarauz a coger olas y se llamaba Iñigo Letamendía. Y cada día habia más gente con tabla en el agua.
Pero todavía se respetaban las normas, las preferencias. Hacer surf seguía siendo un placer compartido.Todavía se cogía una misma ola por varios y todos disfrutaban de su espacio. Incluso aún había quien se acercaba, se ponía al lado y se pasaba a tu tabla para hacer tandem en dias de poco tamaño.
Y a mi no se me ocurrió mejor cosa que organizar un campeonato en memoria de mi hermano Enrique, para reunir a todos los surferos que por la península había. Y ganó Javi Arteche. Campeonato que se celebró durante cinco años (Javier Arteche en el 69, Juan "Acuaman" Urcelay en el 70, Manel Fiochi en el 71 y Estanis Escauriaza en el 72 y 73), y que en su momento fué todo un fenómeno, con las divertidísimas Fiestas Hawaiianas, en las que te pelabas de frio.


Y Europa se enteró de que había un grupito de locos en Zarauz que también cogía olas. Porque aunque para entonces se hacía ya surf desde Fuenterrabía/Honndarribia hasta Finisterre, eramos nosotros los que más ruido metíamos. Y nos invitaron al Campeonato de Europa a celebrar en Jersey, Channel Islands a través de John Manning.